En más del 80% de los animales empleados
en los ensayos, un equipo de científicos del Instituto Nacional de Desórdenes
Neurológicos e Ictus de Bethesda (EEUU), ha logrado reactivar los músculos
paralizados.
Para ello se estudió que 21 de los 26
ratones de laboratorio con lesiones de médula espinal recuperasen la capacidad
de orinar o moverse tras el tratamiento.
Este compuesto (péptido intestinal vasoactivo (IPS)) fue diseñado para apagar
los receptores de proteoglicanos en las neuronas (las moléculas clave que mantienen la
estructura del sistema nervioso central) y para viajar a través de las
membranas y de todo el sistema
nervioso central.
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